Hoy me gustaría hablaros de la importancia de los estudiantes, en torno a lo que esperan ser en el futuro. Como ya sabreis, me refiero a ser un profesor; pero no uno cualquiera, sino un o bueno. Aquel que sepa como exprimir todo lo bueno de ti, manteniendose como un amigo, una figura de autoridad o un guía. Será aquella persona que se centrará en dar clases de una forma nunca vista, apartando de lado todas aquellas formas o métodos, que solían emplearse a lo largo de los años. Será una persona original que innova y busca un mejor desarrollo del niño.
Uno como en muchos de los casos, en el que me incluyo, han podido dejar su granito de arena en nuestro pasado y que forman parte de nustra identidad. En definitiva, alguien que te ha dejado huella.
Suena todo muy utópico, pero a decir verdad, es posible conseguirlo. En la universidad tenemos que aplicarnos al 100%, estudiar mucho y conocer en amplitud todas las asignaturas que tendremos en el futuro. Tenemos que saber conocer y tratar a los niños, que gracias a a las prácticas, tenemos el lujo ya desde Primero de carrera parapoder poner en práctica. Debemos también posser al menos dos características imprescindibles: la primera es poseer imaginación, ya que una persona sin el, es muy poco probable que innove y haga actividades más divertidas de aprendizaje para los alumnos. La segunda está clara también, la vocación. Esta podemos ir viendola a través del primer año y de las prácticas. Tenemos que tenerlo claro, porque sino la poseemos, no podremos seguir adelante.
Nuestra meta como estudiantes, es aprender todo lo necesario, para que en un futuro podamos enseñarselo a nuestros alumnos e ir formandoles poco a poco su identidad como persona.
Os dejo este video, que representa lo que os acabo de comentar:
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